Los orígenes de la pesca en el río Sella se remontan a la Prehistoria. Los primeros pobladores de la comarca utilizaban sencillos arpones y azagayas creados con huesos de animal.
Durante la Edad Media, el Monasterio de Villanueva, las Casas de Nevares, Coviella, Estrada y el Palacio de Faes eran los «custodios» de los cotos salmoneros. No se capturaban salmones sin el permiso de alguno de ellos, cada uno tenía su territorio. Así por ejemplo la Casa de Faes controlaba todos los pozos salmoneros entre Arriondas y Triongo.
Por lo que las capturas eran abundantes durante esa época, según se cuenta, los canteros de Covadonga o los criados de las citados custodios, exigían no tener que comer diariamente salmón.
En este caso, en el siglo XX se consigue extinguir los privilegios exclusivos de la explotación del río.
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