27º Descenso del Sella
En 1963, el Descenso del Sella dio un nuevo paso en la consolidación de su identidad festiva y tradicional. Ese año se incorporó oficialmente el chaleco asturiano al conjunto de la montera picona y los collares de flores, definiendo así el traje reglamentario del Sella que lucen participantes y aficionados, y que simboliza la fusión de deporte y cultura popular asturiana.
La participación alcanzó los 200 palistas, un número destacado que reflejaba el crecimiento continuo y el atractivo internacional del evento.
En el plano deportivo, la victoria fue para los suecos Lingfors y Wimblad, que establecieron un nuevo récord con un tiempo de 1 hora, 23 minutos y 6 segundos, mostrando el altísimo nivel de competencia y la creciente presencia extranjera en la prueba.
La edición de 1963 confirmó al Sella como un espectáculo único, con el Tren Fluvial ya convertido en tradición y miles de personas acompañando la fiesta antes, durante y después de la carrera, consolidando así su fama internacional y su importancia en el verano asturiano.
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